Relatos
Esta es mi vida
El Parkinson llegó
Mi infancia no fue ni buena ni mala ,seguramente como la mayoría de las de entonces una familia de clase media y numerosa ,yo soy la segunda de seis hermanos, tal vez de todos la más tímida e introvertida a la vez llena de responsabilidad ,así que cuando termine la egb de entonces me puse a trabajar y estudiar- Por las tardes iba a una academia en el centro de Vitoria allí estudiaba administrativo y calculo bancario ,por las mañas era peor iba a trabajar a una pescadería cerca de casa entraba a las siete y media y mi labor era entregar pedidos y limpiar el pescado ,no era una labor agradable pero mis padres trabajaban mucho y siempre hacia falta ,no fue mala época pero me hacia mayor antes de tiempo y así iba actuando , ya conocía a quien sería mi mejor amiga ( Amalia) salíamos ,nos divertíamos ,quedábamos con chicos y lo pasábamos muy bien ,pero ya con quince años queríamos algo distinto algo nuevo ,así que nos apuntamos voluntarias de cruz roja , yo seguía con mis estudios ,pero al año deje la pescadería (siempre con alguna escama en el cuerpo ,,que buenos tiempos serian aquellos ,por todo lo que me aporto ayudar agente, hacer alguna labor humanitaria, pero sobre todo ,por lo que iba a cambiar mi vida .
La caida
Debo de reconocer, que hoy casi me vences. Sí, te he dicho casi y tu sabes que es verdad, aunque todavía no se como has hecho que me caiga. No he notado tropezar con nada, ni que me pusieses la zancadilla, de momento me he visto que iba de cabeza al suelo, y así ha sido.
Mientras caes, no es la primera vez, pasan por la cabeza miles de cosas, pero cuando ya te notas en el suelo, suele ser vergüenza por el ridículo. Ridículo porque nadie de los que me ven , allí, en el suelo, sabe que eres tú, PARKINSON, el que me tira.
Hoy cuando estaba tumbado en el suelo, sabes, casi me vences, creo pensar, que ni minutos venciste, bueno …., algunos sí.
Corre corre, que te pillo....
De pequeño creía que el tiempo no avanzaba lo suficientemente rápido. El aprendizaje y sucesión de hechos era lento. Quería ser mayor.
¿Podría alcanzar a mis hermanos mayores?
Levantarse, desayunar, ir al colegio, jugar, comer, empezar la clase, jugar, merendar, los deberes, jugar, cenar, dormir, era el círculo de cada día...
Un buen día me di cuenta que la rutina se había roto, mis hermanos permanecían cada vez menos tiempo en casa. Yo pasaba más tiempo solo. Tenía que invertir en mi tiempo.
A vueltas con mis recuerdos
Ante la adversidad, una nueva forma de afrontar la vida
Cada vez que visito a un nuevo médico y me pregunta ¿cómo inicio su enfermedad? llega a mí el mismo recuerdo, es tan claro, tan preciso que parece que ocurrió ayer y no hace cinco años. Yo era la típica mujer feminista de finales de los 90's, independiente, segura, caprichosa, un poco presuntuosa y amante de su trabajo. Mi vida transcurría entre mi familia y mi trabajo, vivía de manera estable y tranquila.
Sin embargo mi vida cambiaria en poco tiempo -¿te lastimaste la pierna? Fue una pregunta que no entendí -¿mi respuesta?- fue otra pregunta -¿por qué? es que caminas raro como arrastrando la pierna. No me había percatado de ese detalle, pero recordé que en los últimos días cada vez que realizaba la rutina de ejercicios con el grupo, mi lado izquierdo no me respondía de igual manera, era como en cámara lenta, pensé que estaba muy cansada así que no le di importancia; inmediatamente a esta pregunta acudí al médico y él me envío a ortopedia y a partir de ese momento inicio mi andar por distintas especialidades; durante el siguiente año acudí a reumatología, neurología, angiología, neurocirugía, medicina interna, sin ningún resultado.
Reflexiones sobre una noche de insomnio
Después de una noche en vela, quiero describir lo que para mí representa una noche de insomnio.
Es angustia, dolor, nostalgia, preocupación, desesperación, llanto, evocación de mejores épocas, suspiros silenciosos y presentimiento de grandes males. En fin es una tortura china que se inicia con un profundo silencio que todo lo invade y que nos invita a un sueño que no podemos conciliar.
Luego es el aparecer de múltiples sonidos que van resonando en nuestros oídos como si fuesen estruendosas bombas que atacan nuestro sistema nervioso.
Es, por ejemplo el tic tac permanente de un reloj de mesa que no calla su inclemente voz y que al poco tiempo es acompañado por el ding dong de las campanas de la torre de la iglesia de mi pueblo indicando con sus cinco campanadas que es la una, y que se inicia un pesado día con reflexiones pesimistas sobre lo que en mí y en mi entorno ocurre.
Reflexiono entonces sobre como todo cambia, y en el caso de los enfermos de parkinson, en la mayoría de los casos, pasamos de ser el eje sobre el cual giraba la familia, a ser una especie de mueble viejo al que solo se le mira para no tropezar con él y del que con frecuencia se habla haciendo relación a su cada vez más evidente estado de deterioro. Pienso como es de doloroso ver que la vejez ocasione en nosotros numerosas incomodidades por la muerte cada vez mayor de las células, pero concluyo que más grande es el dolor que se produce en nuestra alma por la muerte de las ilusiones, los anhelos y las esperanzas.
Mi primera vez
Después de finalizar la temida consulta con mi neurólogo me encuentro muy cansada pero contenta, por habérmela quitado de encima.
Como ya os dije, mi neurólogo, en vista de que mis dos anteriores consultas no pudo ver en que estado se enconaba mi EP, por no tener en esos momentos "yuyus" y verme bien, me mando que en la próxima visita fuera sin tomar medicación desde el día anterior, siendo mi ultima toma a las seis de la tarde de ayer, para asistir a la consulta a las 10 de hoy.
Os cuento, y con esto no quiero que nadie se deprima, ya que yo no lo estoy.
La noche ha sido "toledana", por si alguien no entiende esta expresión, se lo explicare, seguro que esta si la entenderán todos... ¡JODIDA!. Mis "yuyus" y mi ansiedad fueron tan fuertes que llego un momento en que me faltaba hasta la respiración.
Carcelero
Después de tantos años juntos, te conozco bien, carcelero.
Después de tantos días y tantas noches midiendo nuestras fuerzas en un pulso interminable del que seré perdedora. Por mucho que te ignore, que me ria de ti, que viva con una aparente indiferencia a tu destrucción y con una admirable fortaleza para aceptar las torturas a las que me sometes; seré vencida.
Después de tanto tiempo, sigo incrédula ante cualquier síntoma nuevo que sumas a los que ya me habías impuesto; pienso: "eso no es para mi, se han equivocado de persona, soy muy joven aun", mas el carcelero nunca miente y sabía que un día u otro tendría que pasar.
La celda en la que me encerraste un día, que tu cruel garra me arrancó bruscamente de mi vida, sin avisar ni dar tiempo para entender lo que estaba pasando; era mas grande, me podía mover mejor dentro de ella, tenía más luz y más alegría.
Pasan los años. Tu compañía es desesperante, el hastío de tanto batallar hace que me derrumbe en mis muchos ratos de soledad.
Desde tu dominio, ves como se cumplen las pautas marcadas para cada preso.
Llegará el día en que mi celda desaparezca. Otro la ocupará grande, alegre y luminosa, como estaba cuando el Tribunal del Destino me condenó a cadena perpetúa.
Carcelero, has ganado, has hecho de mi cuerpo una cruel caricatura de lo que fue. Te crees poderoso, y lo eres, aunque yo también tengo mis armas, armas que desconoces y que nunca podrás utilizar.
No sabes lo que son los sentimientos, ni que la mente puede sacarme de tu celda y llevarme a otros sitios donde tu larga y fatal sombra nunca llegará, no sabes lo que puede conseguir el amor......., no sabes nada.
Nunca podrás saberlo, por eso no te tengo miedo, carcelero, tu también estas preso en tu cárcel de ignorancia y maldad.