Parkinson blog

El tiempo nublado

Gracias a las redes sociales llegamos a conocer este proyecto que hoy nos explica la directora del mismo: Aramí Ullón.

Nacida en Asunción, Paraguay en el año 1978 Aramí hace un llamamiento a los internautas para que contribuyan dentro de sus posibilidades a producir este documental y a continuación nos explica come nace este proyecto a la vez muy personal y universal.

El tiempo nublado relata la historia de una hija que llega a ese momento de su vida, dónde debe decidir que hacer con respecto a su madre anciana y enferma: volver a su lado a cuidarla y dejar de lado sus propios proyectos, o internarla en un asilo y enfrentar la culpa.

La hija soy yo. La madre es Mirna, mi mamá.

Mamá sufre de epilepsia, desde hace más de 25 años, la que derivó en síndrome de Parkinson, y que a su vez ha ido generando la pérdida gradual de su memoria.

Yo he cuidado de ella desde mis 7 años: cuando sufrió su primer ataque epiléptico, y continúe haciéndolo durante toda mi infancia.

En mi adolescencia fui buscando y creando herramientas que me permitieran mantenerme lejos de mi madre y de su enfermedad.

Emigrar ha sido hasta hoy una de las más efectivas. Ahora vivo en Suiza he intento formar mi propia familia.

Pero, el estado de mamá empeora, su capacidad de movimiento se ha reducido, sus ataques de epilepsia se han hecho más frecuentes, se vuelve por momentos violenta y su memoria se ha vuelto más frágil.

El momento de decidir y actuar ha llegado. Así que preparo mi retorno a Paraguay, dónde me reencontraré con ella, después de 4 años sin verla, y viviremos juntas en la casa donde ambas, en diferentes tiempos, crecimos. Mientras buscaremos una solución.

Sin embargo, antes de tomar ninguna decisión, la llevaré a conocer mi mundo en Suiza: mi pareja, mi casa, mi barrio. Todo eso de lo cual la he mantenido ajena, y al mismo tiempo le mostraré un pedacito de Europa, tratando de  cumplirle un viejo sueño.

El tiempo nublado es un documental sumamente personal sobre un tema universal: las relaciones entre los hijos adultos con sus padres ancianos. Y tiene como telón de fondo el retrato de una posición social, ofreciendo una mirada al trato que reciben las personas ancianas en una sociedad que carece de voluntad para darles un entorno apropiado.

Tengo la intención de retratar, a través de la historia con mi madre, un segmento de la sociedad paraguaya: la clase media-baja. Quiero exponer por medio de este drama personal, las falencias de un país que no dispone de políticas públicas que aseguren a sus ciudadanos una jubilación, atención médica especializada y gratuita, o cuanto menos, de fácil acceso, a los enfermos neurológicos y psiquiátricos. Un país que aún no se ha preocupado por cuidar de sus habitantes de la tercera edad. Llevar a mi madre a Suiza no es una opción, ya que al no ser ella, ni yo, de nacionalidad suiza, los seguros sociales no cubrirían su cuidado.

Éste no es solo un problema del estado, sino también un aspecto de la sociedad paraguaya, que asume, muchas veces, la realidad que vivimos como algo que no nos concierne, como algo inalcanzable sobre lo cual no tenemos poder de decisión, ni de acción, ni de cambio.

Asumimos esta situación de “desamparo” como algo normal: es a lo que estamos acostumbrados, después de todo, nunca hemos vivido diferente.