La autorización de la pimavanserina (Nuplazid) por la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA) ha estado basada en los resultados de un ensayo controlado por placebo, de 6 semanas de duración en 199 pacientes con enfermedad de Parkinson que sufrían alucinaciones o delirio.

En el ensayo la pimavanserina no empeoró los síntomas motores primarios. No obstante, al igual que otros medicamentos anti-psicóticos atípicos, continuará llevando una alerta en la que se advierte a los profesionales sanitarios del mayor riesgo de muerte que presenta en pacientes mayores con demencia. Los efectos adversos más comunes de la pimavanserina fueron edema periférico, náuseas y confusión.

La psicosis en la enfermedad de Parkinson se manifiesta en forma de delirios y alucinaciones, en estas últimas predominan las alucinaciones visuales, es decir, la persona cree ver cosas que no existen en realidad. Al inicio estas pueden ser poco atemorizantes, pero a medida que pasa el tiempo el contenido de las alucinaciones se hace más aterrador y es fuente de gran ansiedad para quien las padece.

La psicosis es más frecuente entre las personas que llevan muchos años de evolución de la enfermedad, aunque en realidad puede surgir en cualquier momento. Se reconocen dos causas fundamentales: los propios cambios cerebrales provocados por la enfermedad y, en especial, la medicación antiparkinsoniana.

Antes, esta patología era tratada con medicamentos como quetiapina, clozapina, risperidona y olanzapina. Estos fármacos, que tenían como objetivo la sobreproducción de la dopamina, son menos efectivos y vienen con efectos secundarios como agitación, ansiedad y depresión.

El nuplazid es considerado más seguro, de acuerdo a los analistas, ya que no afecta la producción de dopamina, si no que apunta al receptor 5HT2A, el cual está relacionado con las perturbaciones neuropsiquiátricas.