Alteraciones en la retina y en la piel posibles indicadores de la enfermedad de Parkinson
Un grupo de investigadores vascos del Servicio vasco de Salud Osakidetza y la Universidad de Deusto ha identificado en pacientes con enfermedad de Parkinson alteraciones características en la retina y en la piel.
En un comunicado, Osakidetza ha destacado que los 6,3 millones de personas que en todo el mundo padecen la enfermedad de Parkinson tienen "motivos para la esperanza", ya que un grupo de investigadores vascos de su Instituto Biocruces y la Universidad de Deusto han llevado a cabo una investigación que demuestra que "es posible estudiar el Parkinson a través de la retina y la piel, dos órganos fácilmente accesibles por pruebas no invasivas y que ofrecen enormes posibilidades para mejorar el diagnóstico precoz".
Durante la investigación se han descubierto "cambios en la vía visual y a nivel de la piel que invitan a pensar que son biomarcadores", según ha explicado el doctor Juan Carlos Gómez-Esteban, uno de los investigadores principales del proyecto.
El experto ha indicado que, en el caso de la retina, el Parkinson ocasiona "unos cambios morfológicos progresivos, con un patrón de adelgazamiento característico de algunas sus capas, que justificaría gran parte de los síntomas visuales que muchos pacientes experimentan años antes de ser diagnosticados de la enfermedad".
Además, a nivel cutáneo el estudio ha demostrado que en la enfermedad de Parkinson no sólo hay una disminución de la sudoración sino que, tras analizar las biopsias de piel, "los mismos hallazgos que se ven en el cerebro los encontramos también en los fascículos nerviosos de la piel de estos pacientes".
Para la investigación se diseñó un protocolo en el que se analizó fundamentalmente un tipo de pacientes portadores de la mutación E46K del gen de la alfa-sinucleína, una alteración única a nivel mundial de la que sólo se conocen ocho casos en el mundo, siete de los cuales se han descrito en Euskadi, y el octavo restante, diagnosticado en Brasil, que se sospecha que pueda haber sido un descendiente de emigrantes vascos.
El proyecto desarrollado por Osakidetza y la Universidad de Deusto ha sido subvencionado por la fundación Michael J. Fox y el Fondo de Investigación en Salud del Instituto de Salud Carlos III. En total, se han estudiado más de 50 pacientes. Los resultados que arroja la investigación se darán a conocer este mismo año en la reunión anual de la Academia Americana de Neurología, que se celebrará en Vancouver (Canadá) del 15 al 21 de abril.
Fuente: eldiario.es