Un grupo de investigadores de la Universidad de California, pertenecientes a la Facultad de Medicina de San Diego, acaba de poner en funcionamiento la fase III de un ensayo clínico para evaluar el fármaco conocido como isradipina, un fármaco que bloquea los canales de calcio y que se emplea habitualmente para tratar la hipertensión, como posible tratamiento para la enfermedad de Parkinson.
El objetivo de dicho estudio consiste en determinar si dicho medicamento puede ralentizar la progresión del Parkinson manteniendo las neuronas dopaminérgicas del cerebro sanas durante más tiempo.
Una clara ventaja a la hora de usar un fármaco que ya esta aprobado para tratar otro tipo de dolencias en humanos es que por un lado ya se sabe que se trata de un medicamento seguro para el paciente, y de esta manera los ensayos clínicos pueden avanzar más deprisa.
De demostrarse que la isradipina ralentiza la degeneración de las neuronas dopaminérgicas característica del Parkinson, se podría mejorar notablemente la calidad de vida de estos pacientes. Y sin embargo, la pregunta que nos surge es obvia, ¿qué tienen en común la hipertensión y el Parkinson para que un mismo fármaco pueda tratar eficazmente ambas enfermedades?
Los bloqueantes de canales de calcio son un tratamiento eficaz frente a la hipertensión, ya que enlentecen el trasiego de calcio a las células del corazón y de los vasos sanguíneos, lo que provoca un ensanchamiento de dichos vasos y facilita el bombeo de sangre por parte del corazón, el cual no ha de trabajar tan duramente. Como consecuencia, la presión sanguínea desciende.
Pero, ¿cuál es el papel del calcio en las neuronas dopaminérgicas?
Diversos estudios recientes han demostrado que elevadas concentraciones de calcio en el interior de estas neuronas resultan tóxicas para las células; por un lado, demasiado calcio intracelular causa estrés oxidativo y mitocondrial y por otro parece inducir neurodegeneracion a raíz de una acumulación excesiva de catecolaminas.
El uso de bloqueantes de calcio en modelos animales de Parkinson ha resultado efectivo a la hora de mejorar los síntomas de la enfermedad. Además, pacientes hipertensos tratados con isradipina parecen mostrar una baja incidencia de Parkinson.
Si el ensayo clínico resulta exitoso, nos encontraríamos ante un importante cambio en las opciones actuales que existen para tratar el Parkinson.
La isradipina es un fármaco sumamente ventajoso porque esta disponible, es seguro y no es caro. No obstante, los responsables de este estudio advierten a los enfermos de Parkinson de no auto-medicarse con isradipina si no forman parte de dicho ensayo clínico y a aguardar a los resultados del mismo.
Una vez se conozcan, cada paciente deberá de discutir su caso particular con su neurólogo para ver cuál es el mejor tratamiento en cada caso.